164
Marina Gold entraría sin previo aviso y me empezaría a mirar la polla como si fuese un caliz de oro. Claro hamijos, que iba a hacer yo en esa situación, pues nada, ayudarla un poco y poner son mano en mi glande para complir su fantasía, y la mía también jejeje. La cosa se fue un poco de manos, nunca mejor dicho, pero nos dejó un recuerdo muy divertido y cachondo para ambos, así que ya sabeis, llamad antes de entrar