Cuando Indiana llegó a nosotros después de su regreso, ya nos dimos cuenta de que nos habíamos encontrado con una madura con las cosas muy, muy, pero que MUY claras. ¡Esta mujer sabía lo que quería! Por eso entonces no se andó por las ramas, apenas unas pocas palabras y ya nos estaba llevando al picadero. Pero amigos, la cosa no terminó ahí, porque en aquel momento, y literalmente con la lefa de Jotade todavía encima, ¡Ya NOS ESTABA PIDIENDO UN RABO NEGRO PARA METÉRSELO POR ELCULO! Como lo leéis, tíos, sin terminar la escena… Por supuesto, con semejante seguridad, teníamos que meternos al lío, ¡Y por fin os traemos el resultado! Cuando llega, Indiana se huele más o menos lo que viene, pero queremos vengarnos un poquito de ella, así que le hacemos esperar, le hacemos preguntas, la ponemos nerviosa… ¡Hasta que llega el momento! «¡Pasa por aquí, Indiana!» Y cuando abre la puerta, miradle la cara, NO SE LO CREE. ¡Le cuesta hasta tocarlo por miedo a que desaparezca su pollaza negra! «No, tía, no es un sueño, Marlincaoestá ahí de verdad, y su inmensa tranca cubana también. Cuando por fin Indiana se lo cree, se la mete en la boca, por supuesto. ¡Y ya no hay vuelta atrás! Esta madura cumple el sueño de su vida, recibe una estupenda follada anal y a todos nosotros nos regala un escenón. ¿Qué será lo siguiente, Indiana?
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